Pinté tu nombre
en seda y algodón
tomé prestado
tu corazón.
Bebí tu tiempo
sin sospechar
que no hay silencio
si tú no estás.
Y lloré
fuego y luz
y soñé que fui
rey de la luna
por ti.
La lluvia irrumpe
en diagonal.
Nocturna plata,
nocturno azar.
Y lloré
fuego y luz
y soñé que fui
rey de la luna
por ti.
Perdido, desnudo y herido...
el dulce sabor del recuerdo,
amargo sabor en mis sueños,
sin ti.